Sabía que los sonidos del gong, los cuencos tibetanos, los tambores chamánicos e incluso, la voz, estimulan las ondas cerebrales para aliviar el dolor y reducir el estrés. María Fernanda Sáenz, con ayuda del gong y otros instrumentos vibratorios o cánticos mejora el estado de ánimo, activa la energía y despierta el entusiasmo.